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PURA PATAGONIA: ANDES, GLACIARES, RÍOS, LAGOS Y FIORDOS

Aysén, territorio salvaje, sólo penetrado por una ambiciosa carretera de 1240 kilómetros

Aysén, es una impenetrable región del sur de Chile, enclavada entre Argentina al oriente y el océano pacífico al poniente. Su geografía está marcada por la cordillera de Los Andes, que se empiezan a hundir en el océano, formando un laberinto de islas y fiordos vírgenes con una biodiversidad tremenda, y que en su mayoría son inexplorados.

En la parte continental, Aysén se extiende desde el Parque Nacional Corcovado, en la región de Los Lagos hasta el inicio del campo de hielo continental patagónico entre los tres campos de hielo más grandes del mundo tras la Antártica y Groenlandia. A los pies de este campo, alimentado por el deshielo del mismo, se encuentra el Lago O’Higgins, con sus aguas de un azul turquesa intenso y con la remota ciudad de Villa O'Higgins, el punto final de la carretera austral, una carretera que transcurre por 1240 km desde Puerto Montt, en la región de Los Lagos desafiando a la naturaleza, serpenteando entre lagos, bosques y glaciares milenarios, etc.

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Se podría decir que la carretera austral es la columna vertebral tanto para los habitantes de la región de Aysén, como para los miles de turistas que la visitan cada año. En su recorrido, un sinfín de paisajes sorprenden a los viajeros cuando las nubes amainan y permiten observar su majestuosidad. Viajar a Aysén es también iniciar un diálogo con nuestro yo interior, puesto que lo inhóspito de este lugar hace plantear a muchos como viven su vida diaria.

El mayor tramo de la carretera austral transcurre por Aysén, en total son 858 km, que empezando por el norte atraviesan la Reserva nacional Lago Rosselot y el Parque Nacional Queulat, con su famoso Ventisquero Colgante, un impresionante glaciar colgante con un salto de agua de casi 300 metros. Luego antes de llegar a Coyhaique y Puerto Aysén, cruzamos la Reserva Nacional Lago Las Torres y la Reserva Nacional Mañihuales.

Coyhaique y Puerto Aysén son dos ciudades bastante pobladas, que merece la pena visitar, para ver como es la vida en el motor económico de una de las regiones más inhóspitas del mundo. A las puertas de estas ciudades encontramos parajes como la Reserva Nacional Río Simpson, muy frecuentada por amantes de la pesca con mosca de todo el mundo, el Parque Nacional Cerro Castillo o las Capillas de Mármol en el Lago General Carrera.

En la misma latitud que el lago, pero unos kilómetros más al poniente, se levanta imponente el Parque Nacional Laguna San Rafael, con el campo de hielo del norte, que constituye 4.200 km² de campo glaciar. La parte más famosa de este inmenso campo glaciar puede visitarse tomando un barco desde Puerto Aysén.

Los 297 km que separan el Lago General Carrera de Villa O’Higgins, son los más inhóspitos de toda la carretera austral, con muy pocas estancias, casi todas dedicadas a recibir a viajeros, puesto que la agricultura o ganadería aquí son inviables. Finalmente, la carretera llega al Lago O’Higgins, desde donde se puede observar una muy pequeña parte del campo de hielo patagónico sur, con una superficie mayor a los 16.000 km² 350 km de longitud y del que se desprenden un total de 49 glaciares entre los que destaca el famoso glaciar Perito Moreno en Argentina. Realmente uno no puede entender la grandiosidad de este lugar, hasta que lo sobrevuela, en ese sentido, el campo de hielo puede observarse si se tiene suerte en los vuelos entre Puerto Montt y Punta Arenas, en la región de Magallanes. Es un espectáculo difícil de describir.

En definitiva, Aysén te la pueden contar, pero hasta que no la vives es difícil entender de que te estaban hablando.